CÓMO PONERSE EN FORMA EN VERANO SIENDO MAMÁ

Puente fitness en la playa

Las ansiadas vacaciones está aquí. Por fin todo el tiempo del mundo para disfrutar y poder hacer eso que durante el año me está vetado: descansar. Y ponerme en forma, que el curso escolar no da tregua. Me voy a poner como Elsa Pataky este mes de agosto, lo he decidido. Volveré a Madrid con un cuerpo fitness total, y pienso ir en bikini a todas partes para lucirlo, aunque en la rentrée ya no proceda mucho. Aunque sea mamá. Y autónoma. Es decir, aunque me pase el día entre castillos de arena, manguitos, limpiando manchas de tomate y tele-trabajando en mis «ratos libres». Lo voy a hacer.

Esto es lo que me propuse ese primer día libre de obligaciones laborales (ojo, soy autónoma, repito, pero tengo memoria selectiva y lo olvido cuando quiero) en el que todo es ilusión desmedida y buenos propósitos. Llevo 7 días «de vacaciones». La realidad dista un pelín de lo que había imaginado, pero una es positiva: todavía me quedan 15 más. Descontando los ratos de golpear la tecla, visitas al trenecito y baños con flamencos rosas, igual se quedan en 3. Pero algo es algo. Dejo aquí constancia de mi experiencia día a día, y de cómo soy capaz de reponerme a las adversidades. No me reconozco.

Día 1: Salgo a correr al alba

Qué energía de buena mañana, oye. Primer día en la playa y qué poco cuesta poner el despertador a las ocho para salir a trotar…Y es que cuando pienso que va a ser el único rato que voy a tener para mi.. me falta tiempo para calzarme la zapatilla. Agua con limón, un café, y ya estoy fuera, no vayan a despertarse las fieras, o su padre y el tira y afloja de a quién le toca el turno de salir a quemar adrenalina y desquitarse. Hoy elijo correr por el paseo marítimo: los que venimos de secano sabemos que la humedad y la baja presión nos ayudan a sentirnos como maratonianos de pro, respiramos mucho mejor. Todo son ventajas. Mis 35 minutos se transforman aquí en 10 más y ni me entero. ¿Estirar después? Claro! Cambiar la vista del asfalto por la del mar me anima: creo que hasta crezco en cada tanda. Llego al apartamento y el chute de endorfinas me sirve para el resto del día…o casi. No hay pala y rastrillo que se me resista, oye.

Estirar antes del running
1, 2, 3…¡a correr!

Día 2. Mi Vitamina C a granel

Si hay una droga que no me puede faltar es la Vitamina C. La ingiero en comprimidos, me la tomo en naranjas, melocotones, albaricoques y tomate, y la aplico en la piel como primer mandamiento cosmético. Y es que es la octava maravilla para todo: te da energía, mantiene a raya la oxidación celular y frena el envejecimiento de la piel: combate las manchas, ilumina, difumina las líneas de expresión. Antes de mi protector solar, aplico mi ampolla, suero o crema de día cargadita de esta vitamina, y me siento como el conejito de duracell.

Endocare C de IFC (Industrial Farmacéutica Cantabria)
Mis ampollas favoritas de Vitamina C con Proteoglicanos, de Endocare

Día 3. ¿A paella todo el día? Compenso

Sí. Todos lo sabemos. Si nos ponemos morados en la comida, toca compensar después, lo dicen las modelos. Pero no lo hacemos. Y el verano se ha hecho para darle a la paella, al frito del chiringuito y a la cervecita fría. En cambio a mi en esto ser madre me viene estupendamente: tengo tantas ganas de acostarlas por la noche que prefiero cenar en casa, y tan pocas ganas de cocinar que me apaño con una ensaladita de tomates del pueblo y algo a la plancha. Los niños nos engordan a la hora de la merienda (ese bocata de nocilla o mortadela), pero nos ayudan en la operación bikini en la cena, está claro.

Día 4. Pilates, qué haría yo sin ti

Mentiría si dijera que en verano echo de menos a nadie. Jamás. Me echo de menos a mi misma, porque siendo mamá y trabajadora autónoma, apenas me veo. Pero sí me acuerdo del Pilates; esa disciplina que me ha librado del fisio cada dos por tres, que me ayuda a estirarme y a olvidarme de que tengo espalda. Aquí no tengo a mi querida Eva para darme caña en sus clases, pero sí mis bandas elásticas para tonificar y el peso de mi propio cuerpo para hacer ejercicios en la arena antes de que lleguen las hordas humanas o al ponerse el sol. Planchas, estiramientos, abdominales, puentes…diez minutos los tiene cualquiera, solo falta ponerse a ello sin pensarlo. Os prometo que llegáis a septiembre superando la prueba del salero con dignidad: la cara interna de los brazos, ni tiembla.

Planchas y Pilates en la playa
Unas planchas en la playa…a eso llamo yo aprovechar

Día 5. Bronceado progresivo y seguro

Eso de que «me quemo porque con los niños la crema de sol aguante» es una excusa floja. Yo me pongo mi spf 50 en la cara y voy bajando de 50 a 30 en el cuerpo, siempre antes de salir de casa, y cuando llego a la playa o piscina ya han pasado los 20 minutos que tarda en actuar. ¿Nos bañamos churumbelas y yo? Reaplico. Y sino, a las dos horitas more or less. Si algo me parece absurdo es ganar papeletas para un cáncer de piel, sumar arrugas, manchas o flacidez por un descuido. Os prometo que llegáis igual de morenas, y encima os dura más. ¿Otro truco? Fotoprotección oral rica en betacarotenos y antioxidantes. Es una ayuda extra que consigue que cojamos color sin riesgos y que aguante.

Día 6. Muerte a la tumbona

Antes de traer criaturas al mundo dormitaba en la tumbona o la toalla en plan «dolce far niente«. En cambio ahora busco conchas, hago hoyos en la arena y me tiro en bomba. No voy a decir que me pirra, porque miro a las no madres hacer lo que les viene en gana con envidia cochina, pero hay que reconocer que contribuye a la puesta en forma: el rastrillo y las palas tonifican bíceps y dorsales, buscar conchas haciendo sentadillas, el culo (un descubrimiento: aunque quede pelín ortopédico si le pillas el punto hasta te da clase), y jugar en el agua hace el resto.

Jugando en la orilla con mi niña
Jugando en la orilla con mi enana

Día 7. Dale al agua

Sed tienes, pero cualquiera se acuerda de beber con tanto ajetreo. Agradecerás bajar a la playa con una botella de agua bien fría, y si haces deporte te apetecerá mucho más empinar el codo con font vella: que no te falten los 2 litros de rigor. Pero la hidratación también es necesaria por fuera: tu piel está seca por el salitre, el cloro y el sol: la hidratación en forma de crema o suero en cara, cuerpo y pelo no hay que limitarla a mañana y noche, sino a todas las veces que creas que les hace falta. Por supuesto, la mascarilla semanal que no falte: yo he probado Magnetight de Dr. Brandt (de venta en Sephora), que se retira con un imán, y le da energía a tu piel en cuestión de minutos.

Magnetight de Dr.Brandt (Sephora)
Mascarilla Magnetight Age Defier de Dr. Brandt (Sephora)

Días 8+: A disfrutar

Vale, el cuerpo de Elsa Pataky, pa qué. Ni voy a copar portadas, ni lo quiero si tengo que cambiar jornadas laborales por mancuernas infernales. A partir del día 8 bajo el listón y me conformo con adecentar el mío un poco, sin histerismos. Y confieso: Todo lo que he contado no lo estoy siguiendo a rajatabla. Pero al fin y al cabo las vacaciones están para relajarse, ¿o no? Aunque una sea madre y autónoma.

Running Girl. Playa
Merecidísimo relax Post-running

 

Autor: silviacapafons

Periodista de belleza, salud, fitness y estilo de vida

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